El concepto de la “oreja de lata” ha sido usado para describir la actitud de algunos gobiernos y medios frente a las demandas ciudadanas. En varias ocasiones, la administración pública parece ignorar las preocupaciones y necesidades de la población, mientras la prensa minimiza temas sensibles o prioriza intereses particulares.
Este fenómeno no es nuevo. La historia reciente de Chile muestra que las movilizaciones sociales y los reclamos populares han sido, en muchos casos, invisibilizados o desestimados por quienes detentan el poder. Esta desconexión contribuye a la desconfianza en las instituciones y alimenta el malestar social.
Superar la “oreja de lata” implica fortalecer los canales de participación ciudadana y exigir un periodismo más crítico y responsable. Solo así se podrá avanzar hacia una sociedad más transparente e inclusiva.
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