El debate sobre el respaldo del Partido Comunista a Michelle Bachelet siempre genera opiniones divididas. Para algunos, este apoyo fue una jugada táctica que buscaba tener mayor influencia en la toma de decisiones. Para otros, fue simplemente un paso necesario dentro del escenario político del momento.
Manuel Riesco explicó en su momento que la alianza respondía a una lógica práctica, donde el PC vio la oportunidad de impulsar algunos de sus temas históricos desde dentro del gobierno. Más allá de las intenciones, el resultado fue una presencia comunista más visible y activa en la agenda nacional, lo que reavivó debates sobre el rol de la izquierda en el poder.
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